Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nostros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control y podemos confiar plenamente el Él
Madre Teresa de Calcuta

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Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nostros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control y podemos confiar plenamente el Él