La democracia debe guardarse de dos excesos: el espíritu de desigualdad que la conduce a la aristocracia y el espíritu de igualdad extrema que la donduce al despotismo
La igualdad de la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro, ni ninguno tan pobre que se vea necesitado de venderse