Tengamos tan solo paciencia, vendrá, tiene que venir, el tiempo sagrado de la paz perpetua, en que la nueva Jerusalén será la capital del mundo. Y hasta entonces sean alegres y animosos en los peligros del tiempo, compañeros de mi fe, anuncien con la palabra y las obras del Evangelio divino y permanezcan fieles a la fe verdadera e infinita hasta la muerteFriedrich von Hardenberg Novalis